Desde hace un tiempo descubrí el porque no puedo proseguir con mi vida en paz y la dulce tranquilidad. Pues me di cuenta que en mi mente surgen dos clases de mentalidades completamente distintas, como si otra persona habitara dentro de mi, aunque se que no es así. Muchas veces me siento derrotada por la inevitable soledad y el cansancio que la vida me ha traído. Es allí donde mi mentalidad llena de pesimismo hace su gloriosa entrada llenando mi cabeza de ideas extrañas, como el deseo de morir o simplemente desaparecer. Hay ocasiones en las cuales el enojo y la ira me invaden por completo y la necesidad de desquitarme con alguien por lo que he sufrido se apodera de mi.


Sin embargo mi uso de la razón, de alguna manera consigue reflejar que todo aquello no debe influenciar en mi, que haga caso omiso de los males que suceden a mi alrededor, que al final todo rendirá sus frutos.


Es entonces donde me doy cuenta de la realidad, tal vez mi caso se clasifique tal y como ocurre en las caricaturas, en donde el ángel y el diablo están de lado a lado sobre mis hombros luchando entre si para que yo obedezca a sus palabras. Y me pregunto ¿Es acaso esto normal? ¿Por que el ser humano siempre llega a ser tentado por el mal sin importar cuanto se esfuerce por alejarse?