Para quienes le hayan seguido la pista a la trilogía de “The Maze Runner” probablemente sabrán que tiempo después James Dashner publico una precuela que consta de dos partes. Yo obviamente lo ignoraba, pero amé tanto los libros que en cuento lo supe tenía que leerme la primera parte. ¿Y es que quien no tiene ganas de conocer los orígenes de esta intrigante y fenomenal historia?

Todos sabemos que Dashner tiene talento para contar una historia, trasladar al lector a su mundo y una de las características más importantes: la capacidad de hacernos reír, llorar… prácticamente vivir junto a sus personajes. Incluso me atreveré a compararlo con el estilo de J.K. Rowling más que todo para que se den una idea.

Si bien no es necesario haber leído la trilogía para leer esta precuela es lo más recomendable, ya que por pequeños que sean los detalles, los mismos ofrecen respuestas a varias incógnitas de “The Maze Runner”.

Esta historia es contada a través del punto de vista de Mark, uno de los sobrevivientes, y contrario a la sinopsis se podría decir que el verdadero co-protagonista es Alec: un ex militar quien acompaña al protagonista a lo largo de la trama y que ademas posee una personalidad completamente opuesta a la del protagonista.

Una de las características principales de la trama es el misterio y el suspenso. Creo que es un punto a su favor porque esa fue precisamente la razón por la cual me devore las páginas.

Para quienes conozcan el trabajo de James Dashner les puedo asegurar que no será una decepción, y si bien al autor se le fue un poco la mano con las descripciones (aspectos irrelevantes) que me obligaron a saltarme unos cuantos párrafos, la historia en si es bastante ligera y rápida de leer.

Lo mejor de todo, es que te deja con ganas de más, en mi opinión un excelente aporte para poder darle la bienvenida a la segunda parte, y aparentemente último libro, “Código C.R.U.E.L.”.

En resumidas cuentas, cumplió con su papel y les puedo asegurar que en cuanto tenga la oportunidad de leer la continuación compartiré mi punto de vista.

¡Hasta entonces y feliz inicio de semana!