Me encuentro aquí sentada frente al monitor con el documento de Word abierto, contando 34 páginas de lo que algún día será un libro, mientras el clima de Enero me provoca escalofríos erizando mi piel y los rayos del sol apenas entran en contacto con la silla, siendo mi única compañía el pasar de los carros y por supuesto la afamada canción de Lorde, Team.

En tanto comienzo a preguntarme ¿Cómo toda una idea se me ha olvidado?

Leo y leo y leo y leo pero parece imposible que algo suceda… frustrante de hecho.

No hay nada peor que los

bloqueos de escritor, cuando tu mente está en blanco y lo que escribes ha sido de la peor manera con las palabras más vagas que has podido conseguir solo por querer forzar las ideas.

Todos sabemos que nada bueno saldrá de ahí, todo es torpe y lo único de lo que soy capaz de leer por inspiración o bien ver un buen capítulo de tu serie favorita para despejar la mente.

Desafortunadamente la falta de sueño y el cansancio, sin mencionar el dolor que me provoca leer todo en una pantalla justo ahora me desaniman como para desear otra cosa más que acomodarme plácidamente sobre mí no tan lejana cama. Cosa que tampoco puedo hacer gracias a la tarea que mi estimado profesor de fotografía me ha dejado.

Y no se… quizás algo bueno resulte de eso y quizás después de descansar finalmente me broten las ideas.

Quizás… no obstante estoy en blanco.